Y la primera de varias, espero. Me siento muy encariñado con este trabajo, algo que va desde el arraigo a esa niñez temprana en la casa de "mi abueli y mi tata", sus escenografías, las físicas y psíquicas hasta los días que me vieron terminar la última viñeta de esta entrega, corrigiendo textos en mi pega, parchando el cielo de mi pieza, sacándo fuerzas desde la más profundo temor hecho realidad en un Santiago que pareció estar hecho exclusivamente de una espesa aguada de tinta negra.
Creo que esta página, a pesar de ser la segunda, es el mejor prólogo a esta historieta. Los textos de Angel Bernier estan llenos de vida.
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