Friday, January 30, 2009

La Luciérnaga

Irrumpió aleteando en la sala eterna del letargo sur
De golpe y porrazo la gravedad fue invertida
La noche se hizo pupila eléctrica del cíclope mudo
que tuvimos por espejo.

Voló desde el sol reclamando para sí un invierno
Mientras la lluvia en Mayo pavimentaba labios
ella hizo de su voz un circo halógeno domador del fuego
calmando sus estertores creó una vitrina del ardor.

La nueva luz fue un disfraz sin nombre
de trazo incierto, de horizonte caótico
Reinventado el vuelo, no hubo ojo vacío en la sala
se alzó frente a mi, desvistió su incandescencia.

Lo mejor estaba por venir.

3 comments:

Anonymous said...

Lo mejor siempre viene...

Saludines!

Melina Rapimán said...

Tengo comentarios a este poema... te los dejo luego por msn...

Abrazos,

M.

José Huichamán said...

Ea! los espero!